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domingo, 18 de noviembre de 2018

Santa Apolonia de Alejandria - Patrona de los Cirujanos Dentistas (Odontologia)

Imagen: Santa Apolonia de Alejandría
- Patrona de los Cirujanos Dentistas (Odontología).

Datos:

  • Fecha de Celebración: 9 de Febrero.
  • Fecha de Nacimiento:  Aprox. en el Siglo III.
  • Significado de su nombre: <<Dato no localizado en el momento de la investigación>>.
  • Conocido también como: <<Dato no localizado en el momento de la investigación>>.
  • Identificador: virgen y mártir que murió en Alejandría (Egipto).
  • Lugar/Nacionalidad/País: Alejandría, Egipto.
  • Fecha de Fallecimiento: Murió en Alejandria (Egipto) en 249 AD.
  • Fecha de Canonización: <<Dato no localizado en el momento de la investigación>>.
  • Fecha de Beatificación: <<Dato no localizado en el momento de la investigación>>.
  • Patrono(a) de Causas: patrona de los cirujanos dentistas (Odontología).



Biografía de Santa Apolonia de Alejandría:



VideoClip: Resumen de la biografía de Santa Apolonia de Alejandria.


Santa Apolonia es una mártir que murió en Alejandría (Egipto) a mediados del siglo iii, antes de la persecución de Decio, durante un levantamiento local contra los cristianos. Antes de morir quemada en la hoguera, fue martirizada con la extracción violenta de todos sus dientes y por ello está considerada la patrona de la odontología.

Los historiadores cristianos han proclamado que en los últimos años de mandato del emperador Filipo el Árabe (entre 244 y 249), durante las festividades para conmemorar el milenio de la fundación de Roma (tradicionalmente en 753 a.c., ubicando la fecha del milenario de la fundación cerca del 248 d. C.) la furia de la muchedumbre alejandrina se convirtió en ira y cometieron sangrientas atrocidades contra los cristianos que las autoridades no se esforzaron por detener, luego que uno de los poetas en la muchedumbre profetizara una calamidad.

Dionisio, el obispo de Alejandría (247-265), relata los sufrimientos de sus feligreses en una carta dirigida a Fabio, el obispo de Antioquía; algunos largos extractos de la carta se han preservado en Eusebius Historia Ecclesiae (yo: vi: 41). Después de describir cómo un hombre y una mujer cristianos, Metras y Quinta, fueron agarrados y asesinados por la muchedumbre, Metras fue martirizado clavándole clavos en sus ojos; a Quinta se la obligó a rezarle a ídolos y en vez de adorarlos los insultó, por esta razón la sacaron de la ciudad por los talones y la lapidaron, y de cómo las casas de varios otros cristianos fueron saqueadas, Dionisio continúa:

En ese tiempo Apolonia, parthénos presbytis, era considerada importante. Estos hombres la agarraron también y con repetidos golpes rompieron todos sus dientes. Entonces amontonaron palos y encendieron una hoguera afuera de las puertas de la ciudad, amenazando con quemarla viva si ella se negaba a repetir, después de ellos, palabras impías, como blasfemias contra Cristo o invocación a dioses paganos. Por petición propia, fue entonces ligeramente liberada, saltando rápidamente en el fuego, quemándose hasta la muerte.

En la Edad Media solía decirse que cuando se tuviera un dolor de muelas se rezaba a Santa Apolonia y el dolor desaparecía.

Murió en Alexandria (Egipto) en 249 AD

Su fiesta se celebraba el 9 de febrero en el antiguo calendario litúrgico.

Según la tradición, los padres de Apolonia no tenían descendecia a pesar de sus constantes oraciones a sus dioses. Finalmente la futura madre le pidió a la Virgen Santísima que interceda por ellos. Cuando la joven Apolonia conoció las circunstancias de su nacimiento, se hizo cristiana.


Oración de Santa Apolonia para calmar el 
dolor de dientes:

Pues se asegura el favor,
quien fija en vuestra piedad,
por vuestro dolor templad
de las muelas el dolor.

Logró vuestra gallardía,
y singular perfección
la común aclamación
de Espejo de Alejandría.

Y pues cruel el rigor
turbó vuestra claridad:
por vuestro dolor templad
de las muelas el dolor.

De la Idolatra ceguera
labráis por justa el enojo,
la que intentó con arrojo,
pararos en la carrera.

Y pues sufrís con valor
la pena, y su terquedad:
por vuestro dolor templad, etc.

Por más que os veis lastimada,
sois á los golpes sufrida,
como quien tiene la vida
en la muerte prolongada.

Y pues prueba vuestro amor
el golpe de la crueldad:
por vuestro dolor templad, etc.

Los ministros inclementes
con un martirio importuno,
poco a poco, y uno a uno,
os quitan muelas, y dientes.

Y pues sabéis el furor
de tan cruda enfermedad:
por vuestro dolor templad, etc.

Con un impulso Divino
os arrojáis á la hoguera,
que a la tiranía fiera
vuestro valor se previno.

Y pues fue espanto, y pavor
de la airada ceguedad:
por vuestro dolor templad, etc.

Como Médica sagrada
os desean los penados,
porque esperan confiados
su Oración bien despachada.

Y pues piden con fervor
a vuestra gran caridad:
por vuestro dolor templad, etc.

Sienta el vecino, y remoto
vuestra singular virtud,
que pidiendo la salud
se os encomienda devoto.

Y pues es más acreedor
el de más necesidad:
por vuestro dolor templad, etc.

Vuestros prodigios la fama,
de sanar muelas, y dientes
ha esparcido entre las gentes,
y todo el Orbe lo aclama.

Pues, porque cobre mayor
crédito con la verdad:
por vuestro dolor templad
de las muelas el dolor.


Oración de Santa Apolonia para pedir favor en momentos difíciles:

Santísima virgen y fervorosa mártir,
abogada mía, Santa Apolonia,
llena de amor a Dios,
que con la constancia
de muchos años de virtud
te hiciste respetable y venerable
a toda Alejandría.

Ayúdame bendita santa,
escucha mi súplica,
dame tu favor y ayuda
en estos momentos de angustia,
dolor y desolación de mi alma.

Emplea tu intercesión con Dios,
y tu patrocinio conmigo
en hacerme digno devoto tuyo
por la imitación de tus virtudes,
y constancia en los buenos propósitos:

Alcánzame asimismo
el favor que te pido en esta ocasión,
interponiendo con tus méritos
los de mí Señor Jesucristo.

Amén.

(Se hace la petición y se reza tres veces
el Padre nuestro, el Ave María, con Gloria).



Nota: Si usted conoce algún dato que No hayamos contemplado en el presente post y considere que seria conveniente agregarlo puede comunicarse con nosotros (Clic Aquí), y en caso de ser aprobado sera publicado en esta misma sección.

San Benito de Nursia (Abad) - Patrono de Europa, de los exorcistas y patriarca de los monjes

Imagen: San Benito de Nursia (Abad) 
- Patrono de Europa, de los exorcistas y
 patriarca de los monjes.

Datos:

  • Fecha de Celebración: 11 de Julio.
  • Fecha de Nacimiento:  ca. 480.
  • Significado de su nombre: <<Dato no localizado en el momento de la investigación>>.
  • Conocido también como: San Benito Abad, Benedetto da Norcia.
  • Identificador: Fundador de la Orden Benedictina.
  • Lugar/Nacionalidad/País: Nursia, Perugia, Imperio Bizantino.
  • Fecha de Fallecimiento: 21 de marzo de 547. Abadía de Montecasino, Piumarola, Imperio Bizantino,
  • Fecha de Canonización: 1220 por Honorio III.
  • Fecha de Beatificación: <<Dato no localizado en el momento de la investigación>>.
  • Patrono(a) de Causas: Patrono de Europa, de los exorcistas y patriarca de los monjes.



Biografía de San Benito de Nursia (Abad):


VideoClip: Resumen de la biografía y oración a San Benito de Nursia.


San Benito de Nursia (Nursia, Umbría; 480-Montecasino, Lacio; 21 de marzo de 547) fue un presbítero y religioso cristiano, considerado el iniciador de la vida monástica en Occidente. Fundó la orden de los benedictinos cuyo fin era establecer monasterios basados en la autarquía, es decir, autosuficientes; comúnmente estaban organizados en torno a la iglesia de planta basilical y el claustro. Es considerado patrón de Europa y patriarca del monacato occidental. Benito escribió una regla para sus monjes, conocida luego como la «Santa Regla», que fue inspiración para muchas de las otras comunidades religiosas.

Fundador de la Orden benedictina, llamado Patriarca de los monjes de Occidente. Nació en Nursia en el año 480 y murió en Montecassino en el 547. Era de una familia acaudalada, hermano de la que fuera después Santa Escolástica. Después de estudiar en Roma retórica, filosofía y derecho, comenzó a practicar la vida eremítica en Subiaco, donde reunió a algunos discípulos. En el periodo de 20 años se formaron 12 grandes comunidades unidas a la de Benito. Tenía unos 49 años cuando se trasladó a Casino y allí fundó el célebre monasterio de Montecassino.


Benito, que desde su infancia tuvo cordura de anciano. En efecto, adelantándose por sus costumbres a la edad, no entregó su espíritu a placer sensual alguno, sino que estando aún en esta tierra y pudiendo gozar San Benito Abad [Maestro Conxolus - Subiaco, s.XIII]libremente de las cosas temporales, despreció el mundo con sus flores, cual si estuviera marchito. Nació en el seno de una familia libre, en la región de Nursia, y fue enviado a Roma a cursar los estudios de las ciencias liberales. Pero al ver que muchos iban por los caminos escabrosos del vicio, retiró su pie, que apenas había pisado el umbral del mundo, temeroso de que por alcanzar algo del saber mundano, cayera también él en tan horrible precipicio. Despreció, pues, el estudio de las letras y abandonó la casa y los bienes de su padre. Y deseando agradar únicamente a Dios, buscó el hábito de la vida monástica.

LA CRIBA ROTA Y REPARADA:

Abandonado ya el estudio de las letras, hizo propósito de retirarse al desierto, acompañado únicamente de su nodriza, que le amaba tiernamente. Llegaron a un lugar llamado Effide, donde retenidos por la caridad de muchos hombres honrados, se quedaron a vivir junto a la iglesia de San Pedro.

La ya citada nodriza, pidió a las vecinas que le prestaran una criba para limpiar el trigo. Dejóla incautamente sobre la mesa y fortuitamente se quebró y quedó partida en dos trozos. Al regresar la nodriza, empezó a llorar desconsolada, viendo rota la criba que había recibido prestada. Pero Benito, joven piadoso y compasivo, al ver llorar a su nodriza, compadecido de su dolor, tomó consigo los trozos de la criba rota e hizo oración con lágrimas. A1 acabar su oración encontró junto a sí la criba tan entera, que no podía hallarse en ella señal alguna de fractura. Al punto, consolando cariñosamente a su nodriza, le devolvió entera la criba que había tomado rota.

El hecho fue conocido de todos los del lugar. Y causó tanta admiración, que sus habitantes colgaron la criba a la entrada de la iglesia, para que presentes y venideros conocieran con cuánta perfección el joven Benito había dado comienzo a su vida monástica. Y durante años, todo el mundo pudo ver la criba allí, puesto que permaneció suspendida sobre la puerta de la iglesia hasta estos tiempos de la invasión lombarda.

Pero Benito, deseando más sufrir los desprecios del mundo que recibir sus alabanzas, y fatigarse con trabajos por Dios más que verse ensalzado con los favores de esta vida, huyó ocultamente de su nodriza y buscó el retiro de un lugar solitario, llamado Subiaco, distante de la ciudad de Roma unas cuarenta millas. En este lugar manan aguas frescas y límpidas, cuya abundancia se recoge primero en un gran lago y luego sale formando un río.

Mientras iba huyendo hacia este lugar, un monje llamado Román le encontró en el camino y le preguntó adónde iba. Y cuando tuvo conocimiento de su propósito guardóle el secreto y le animó a llevarlo a cabo, dándole el hábito de la vida monástica y ayudándole en lo que pudo.

El hombre de Dios, al llegar a aquel lugar, se refugió en una cueva estrechísima, donde permaneció por espacio de tres años ignorado de todos, fuera del monje Román, que vivía no lejos de allí, en un monasterio puesto bajo la regla del abad Adeodato a, y en determinados días, hurtando piadosamente algunas horas a la vigilancia de su abad, llevaba a Benito el pan que había podido sustraer, a hurtadillas, de su propia comida.

Desde el monasterio de Román no había camino para ir hasta la cueva, porque ésta caía debajo de una gran peña. Pero Román, desde la misma roca hacía descender el pan, sujeto a una cuerda muy larga, a la que ató una campanilla, para que el hombre de Dios, al oír su tintineo, supiera que le enviaba el pan y saliese a recogerlo.

Pero el antiguo enemigo que veía con malos ojos la caridad de uno y la refección del otro, un día, al ver bajar el pan, lanzó una piedra y rompió la campanilla. Pero no por eso dejó Román de ayudarle con otros medios oportunos. Mas queriendo Dios todopoderoso que Román descansara de su trabajo y dar a conocer la vida de Benito para que sirviera de ejemplo a los hombres, puso la luz sobre el candelero para que brillara e iluminara a todos los que estuvieran en la casa de Dios.

Bastante lejos de allí vivía un sacerdote que había preparado su comida para la fiesta de Pascua. El Señor se le apareció y le dijo: "Tú te preparas cosas deliciosas y mi siervo en tal lugar está pasando hambre". Inmediatamente el sacerdote se levantó y en el mismo día de la solemnidad de la Pascua, con los alimentos que había preparado para sí, se dirigió al lugar indicado. Buscó al hombre de Dios a través de abruptos montes y profundos valles y por las hondonadas de aquella tierra, hasta que lo encontró escondido en su cueva. Oraron, alabaron a Dios todopoderoso y se sentaron. Después de haber tenido agradables coloquios espirituales, el sacerdote le dijo: "¡Vamos a comer! que hoy es Pascua". A lo que respondió el hombre de Dios: "Sí, para mí hoy es Pascua, porque he merecido verte". Es que estando como estaba alejado de los hombres, ignoraba efectivamente que aquel día fuese la solemnidad de la Pascua 9. Pero el buen sacerdote insistió diciendo: "Créeme: hoy es el día de Pascua de Resurrección del Señor. No debes ayunar, puesto que he sido enviado para que juntos tomemos los dones del Señor". Bendijeron a Dios y comieron, y acabada la comida y conversación el sacerdote regresó a su iglesia.

También por aquel entonces le encontraron unos pastores oculto en su cueva. Viéndole, por entre la maleza, vestido de pieles, creyeron que era alguna fiera. Pero reconociendo luego que era un siervo de Dios, muchos de ellos trocaron sus instintos feroces por la dulzura de la piedad. Su nombre se dio a conocer por los lugares comarcanos y desde entonces fue visitado por muchos, que al llevarle el alimento para su cuerpo recibían a cambio, de su boca, el alimento espiritual para sus almas.

CÓMO VENCIÓ UNA TENTACIÓN DE LA CARNE


Un día, estando a solas, se presentó el tentador. Un ave pequeña y negra, llamada vulgarmente mirlo, empezó a revolotear alrededor de su rostro, de tal manera que hubiera podido atraparla con la mano si el santo varón hubiera querido apresarla. Pero hizo la señal de la cruz y el ave se alejó. No bien se hubo marchado el ave, le sobrevino una tentación carnal tan violenta, cual nunca la había experimentado el santo varón. El maligno espíritu representó ante los ojos de su alma cierta mujer que había visto antaño y el recuerdo de su hermosura inflamó de tal manera el ánimo del siervo de Dios, que apenas cabía en su pecho la llama del amor. Vencido por la pasión, estaba ya casi decidido a dejar la soledad. Pero tocado súbitamente por la gracia divina volvió en sí, y viendo un espeso matorral de zarzas y ortigas que allí cerca crecía, se despojó del vestido y desnudo se echó en aquellos aguijones de espinas y punzantes ortigas, y habiéndose revolcado en ellas durante largo rato, salió con todo el cuerpo herido. Pero de esta manera por las heridas de la piel del cuerpo curó la herida del alma, porque trocó el deleite en dolor, y el ardor que tan vivamente sentía por fuera extinguió el fuego que ilícitamente le abrasaba por dentro. Así, venció el pecado, mudando el incendio.

Desde entonces, según él mismo solía contar a sus discípulos, la tentación voluptuosa quedó en él tan amortiguada, que nunca más volvió a sentir en sí mismo nada semejante.

Después de esto, muchos empezaron a dejar el mundo para ponerse bajo su dirección, puesto que, libre del engaño de la tentación, fue tenido ya con razón por maestro de virtudes. Por eso manda Moisés que los levitas sirvan en el templo a partir de los veinticinco años cumplidos, pero sólo a partir de los cincuenta les permite custodiar los vasos sagrados.


EL JARRO ROTO POR LA SEÑAL DE LA CRUZ

Alejada ya la tentación, el hombre de Dios, cual tierra libre de espinas y abrojos, empezó a dar copiosos frutos en la mies de las virtudes, y la fama de su eminente santidad hizo célebre su nombre.

No lejos de allí, había un monasterio cuyo abad había fallecido, y todos los monjes de su comunidad fueron adonde estaba el venerable Benito y con grandes instancias le suplicaron que fuera su prelado. Durante mucho tiempo no quiso aceptar la propuesta, pronosticándoles que no podía ajustarse su estilo de vida al de ellos, pero al fin, vencido por sus reiteradas súplicas, dio su consentimiento. Instauró en aquel monasterio la observancia regular, y no permitió a nadie desviarse como antes, por actos ilícitos, ni a derecha ni a izquierda del camino de la perfección. Entonces, los monjes que había recibido bajo su dirección, empezaron a acusarse a sí mismos de haberle pedido que les gobernase, pues su vida tortuosa contrastaba con la rectitud de vida del santo.

Viendo que bajo su gobierno no les sería permitido nada ilícito, se lamentaban de tener que, por una parte renunciar a su forma de vida, y por otra, haber de aceptar normas nuevas con su espíritu envejecido. Y como la vida de los buenos es siempre inaguantable para los malos, empezaron a tratar de cómo le darían muerte. Después de tomar esta decisión, echaron veneno en su vino. Según la costumbre del monasterio, fue presentado al abad, que estaba en la mesa, el jarro de cristal que contenía aquella bebida envenenada, para que lo bendijera; Benito levantó la mano y trazó la señal de la cruz. Y en el mismo instante, el jarro que estaba algo distante de él, se quebró y quedó roto en tantos pedazos, que más parecía que aquel jarro que contenía la muerte, en vez de recibir la señal de la cruz hubiera recibido una pedrada. En seguida comprendió el hombre de Dios que aquel vaso contenía una bebida de muerte, puesto que no había podido soportar la señal de la vida. A1 momento se levantó de la mesa, reunió a los monjes y con rostro sereno y ánimo tranquilo les dijo: "Que Dios todopoderoso se apiade de vosotros, hermanos. ¿Por qué quisisteis hacer esto conmigo? ¿Acaso no os lo dije desde el principio que mi estilo de vida era incompatible con el vuestro? Id a buscar un abad de acuerdo con vuestra forma de vivir, porque en adelante no podréis contar conmigo".

Entonces regresó a su amada soledad y allí vivió consigo mismo, bajo la mirada del celestial Espectador.


Regla de San Benito:



San Benito escribió la Regla, cuya difusión por toda Europa, le valió el título de patriarca del monaquismo occidental. Los monjes benedictinos fueron los que más contribuyeron a fomentar la cultura del pueblo: roturar terrenos, perfeccionar sistemas agrícolas, enseñar oficios, cultivar las bellas artes, transmitir los escritos clásicos de la antigüedad, etc. Considerado como figura cumbre por esta cooperación en la civilización europea, la Iglesia le nombró Patrono de Europa. Su fiesta se celebra el 11 de julio.

La Regula monasteriorum, que consta de 73 capítulos y un prólogo, fue retomada por Benito de Aniano en el siglo IX, antes de las invasiones normandas. El la estudió y codificó, dando origen a su expansión por toda la Europa carolingia, aunque fue adaptada para restar importancia a los trabajos manuales frente a la liturgia y a los monjes. Posteriormente, la Regla de San Benito adquirió gran importancia en la vida religiosa europea durante la Edad Media, gracias a la Orden de Cluny y a la centralización de todos los monasterios bajo esta Regla, encabezados por los cluniacenses. En el siglo XI apareció la reforma del Císter, que buscaba recuperar un régimen benedictino más ajustado a la Regula. Otras reformas (como la camaldulense, la olivetana o la silvestrina) han buscado también revivir diferentes aspectos de la Regla de San Benito.

A pesar de diferentes momentos históricos, en los cuales la indisciplina, las persecuciones o las agitaciones políticas han hecho decaer la práctica de la Regla de San Benito o han diezmado la población monástica, los monasterios benedictinos han mantenido en todos los tiempos un gran número de religiosos y religiosas. Actualmente siguen la Regla de San Benito alrededor de 700 monasterios masculinos y unos 900 monasterios y casas religiosas femeninas, ubicados en los cinco continentes. Se incluyen en esta cifra monasterios de confesión protestante, tanto anglicanos como luteranos.

Su influencia en el monacato es considerable tanto en occidente como en el mundo, especialmente en lo que concierne a la vida intelectual del cristianismo. Esta Regla es un modelo de vida colectiva, tomada como ejemplo en la organización de algunas empresas.

Sobre las diferentes ediciones de la Regla, el padre García M. Colombàs, monje de Montserrat (Cataluña, España), registra en su edición el siguiente dato: "Entre 1930 y 1968-69, según datos provisionales, vieron la luz 60 ediciones en latín, 32 en alemán, 31 en inglés, 30 en francés, 21 en italiano, 9 en holandés, 4 en español, 2 en checo, croata húngaro, portugués y japonés, y 1 en catalán, irlandés, árabe y coreano"




Oración de San Benito de Nursia (Abad) para pedir por su intercesión:

Santísimo confesor del Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente.

Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías.

Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén.

Jesús, María y José os amo, salvad vidas, naciones y almas.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.


Oración de San Benito para el 11 de julio:

San Benito, Padre y Protector nuestro, tu no te antepusiste a nada ante Cristo desde que lo hallaste en la oración. Intercede para que también nosotros podamos encontrarlo y así vivamos en el amor del Eterno Padre y en la victoria de la Cruz de su Hijo.Que unamos nuestros sufrimientos a los de la para la redención de nuestros pecados.

Amen.


Oración de San Benito para pedir una gracia:


Señor Dios Nuestro, que hiciste al abad Benito, esclarecido maestro del Divino Servicio, concédeme por su intercesión la gracia que te pido. También te pido, que prefiriéndote a a ti sobre todos los lujos, avancemos por la senda de tus mandamientos con el corazón contrito, y rezando y trabajando con amor como él hizo. Por Cristo Nuestro Señor.

Amen.



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San Vicente de Zaragoza, Mártir - patron de los viñadores

Imagen: San Vicente de Zaragoza, 
Mártir - patron de los viñadores.


Datos:

  • Fecha de Celebración: 22 de enero.
  • Fecha de Nacimiento:  siglo III, 
  • Significado de su nombre:  <<Dato no localizado en el momento de la investigación>>.
  • Conocido tambien como: Vicente de Huesca, conocido también como San Vicente Mártir o San Vicente de Zaragoza.
  • Identificador: fue un clérigo español, diácono de san Valero de Zaragoza.
  • Lugar/Nacionalidad/País: Huesca. España.
  • Fecha de Fallecimiento: ca. 304 Valencia.
  • Fecha de Canonización: <<Dato no localizado en el momento de la investigación>>.
  • Fecha de Beatificación: <<Dato no localizado en el momento de la investigación>>.
  • Patrono(a) de Causas: Patrono de los Viñadores, los vinateros y los fabricantes de vinagre, sastres y modistas, Orden de los Diáconos de la Diócesis de Bergamo (Italia).


Biografía de San Vicente de Zaragoza:


VideoClip: Resumen de la biografía y oración de San Vicente de Zaragoza.


Vicente de Huesca, conocido también como San Vicente Mártir, (Huesca1​ – Valencia, c. 304) fue un clérigo español, diácono de san Valero de Zaragoza. Fue denunciado y encarcelado bajo Diocleciano, por lo que la Iglesia lo venera como San Vicente Mártir.

Según la tradición, Vicente fue acusado de la predicación de la fe, a causa de un impedimento del habla que afectaba al obispo Valero.

Se originó una sangrienta persecución contra los cristianos, decretada por los emperadores Diocleciano y Maximiano. En marzo de 303 se publica el primer edicto imperial en este sentido, que llevó a cabo el prefecto Daciano, quien vino de Roma y permaneció en la Península dos años, ensañándose con fanatismo y crueldad en la población cristiana. Daciano llegó a Hispania por Gerona, donde encargó el cumplimiento de los decretos imperiales al juez Rufino, pasando él a Barcelona y después a Zaragoza.

Valero y Vicente fueron prendidos en el año 303 por orden del gobernador Publio Daciano, y trasladados a Valencia. Valero fue condenado al destierro y Vicente sufrió el martirio, muriendo finalmente en fecha imprecisa —la tradición le asigna el 22 de enero— en el año 304 o 305. De acuerdo a la leyenda, convirtió antes de morir a su verdugo.

Desde el lugar de su primera sepultura, el cuerpo de Vicente fue trasladado, en el mismo siglo de su martirio, a una basílica existente fuera de los muros de la ciudad, junto a un arrabal cristiano, conocida como San Vicent de la Roqueta, que mantuvo el culto durante toda la época islámica, estando documentados distintos propietarios cristianos, como el Monasterio de San Juan de la Peña, reyes o Poblet. Siendo el culto que se realizaba en época de la dominación musulmana una de las pruebas más precisas de la existencia de una abundante población mozárabe cristiana.

San Vicente es uno de los tres grandes diáconos que dieron su vida por Cristo. Junto con Lorenzo y Esteban Corona, Laurel y Victoria forma el más insigne triunvirato. Este mártir celebrado por toda la Cristiandad, encontró su panegirista en San Agustín, San León Magno y San Ambrosio.

Vicente descendía de una familia consular de Huesca, y su madre, según algunos, era hermana del mártir San Lorenzo. Estudió la carrera eclesiástica en Zaragoza, al lado del obispo Valero, quien por su falta de facilidad de expresión, lo nombró primer díacono para suplirle en la sagrada cátedra.

Paralelamente, el emperador Dioclesiano había decratado una de las más crueles persecusiones contra la Iglesia, y que fue aplicado por Daciano en España. Las cárceles, que estaban reservadas antes para los delincuentes comunes, pronto se llenaron de obispos, presbíteros y diáconos. Al pasar Daciano por Barcelona, sacrifica a San Cucufate y a la niña Santa Eulalia. Cuando llega a Zaragoza, manda detener al obispo y a su diácono, Valero y Vicente, y trasladarlos a Valencia.

Allí se celebró el primer interrogatorio. Vicente responde por los dos, intrépido y con palabra ardiente. Daciano se irrita, manda al destierro a Valero, y Vicente es sometido a la tortura del potro. Su cuerpo es desgarrado con uñas metálicas. Mientras lo torturaban, el juez intimaba al mártir a la abjuración. Vicente rechazaba indignado tales ofrecimientos. Daciano, desconcertado y humillado ante aquella actitud, le ofrece el perdón si le entrega los libros sagrados. Pero la valentía del mártir es inexpugnable. Exasperado de nuevo el Prefecto, mandó aplicarle el supremo tormento, colocarlo sobre un lecho de hierro incandescente. Nada puede quebrantar la fortaleza del mártir que, recordando a su paisano San Lorenzo, sufre el tormento sin quejarse y bromeando entre las llamas. Lo arrojan entonces a un calabozo siniestro, oscuro y fétido "un lugar más negro que las mismas tinieblas", dice Prudencio. Luego presenta el poeta un coro de ángeles que vienen a consolar al mártir. Iluminan el antro horrible, cubren el suelo de flores, y alegran las tinieblas con sus armonías. Hasta el carcelero, conmovido, se convierte y confiesa a Cristo. Daciano manda curar al mártir para someterlo de nuevo a los tormentos. Los cristianos se aprestan a curarlo. Pero apenas colocado en mullido lecho, queda defraudado el tirano pues el espíritu vencedor de Vicente vuela al paraíso. Era el mes de enero del 304.

Ordena Daciano mutilar el cuerpo y arrojarlo al mar. Pero más piadosas las olas, lo devuelven a tierra para proclamar ante el mundo el triunfo de Vicente el Invicto. Su culto se extendió mucho por toda la cristiandad.

Oración de San Vicente de Zaragoza:

Dios Todopoderoso, que infundiste al diácono San Vicente el espíritu de fortaleza, que le hizo ministro fiel en tu servicio y vencedor valiente en cl martirio. Te damos gracias porque hace cuatrocientos años, en tu providencia amorosa, te serviste de San Vicente como protector frente a la enfermedad de la peste que amenazó a nuestro pueblo.

Padre Santo, confiados en tu amor misericordioso, igual que nuestros antepasados a lo largo de cuatro siglos, por intercesión de San Vicente, te suplicarnos nos protejas de los males que nos amenazan en nuestro tiempo. Líbranos del poder del pecado que nos hace sordos de tu Palabra y nos arrastra a vivir al margen de tus mandamientos, y que nos hace egoístas e indiferentes ante el sufrimiento de los demás.

Danos la salud del alma y del cuerpo para que, a ejemplo de San Vicente, podamos amarte con un corazón limpio y servir al prójimo con diligencia y generosidad. Te pedimos por quienes son víctimas de las guerras, el terrorismo y la violencia. Ten compasión de quienes se sienten solos y desamparados, de los que sufren a causa de las enfermedades, de la pobreza y el hambre. A todos nosotros danos un corazón grande para amar y para estar siempre disponibles e ir en ayuda de quienes nos necesitan compartiendo con ellos nuestros bienes.

Dios de bondad, fuente de todo bien, por los méritos e intercesión de San Vicente, protege a todas las familias para que sean verdaderas iglesias domésticas, en las que se custodie el tesoro de la vida y de la fe, y donde se enseñe y practique el amor fraterno, ilumina a nuestras autoridades para que acierten en sus decisiones y promuevan los valores morales y sociales, ayúdales a trabajar por el progreso material y espiritual ele todos, especialmente de los más pobres y necesitados. Ayuda a todos los católicos a ser sal y luz para los demás, que seamos auténticos testigos de Cristo en todas las facetas de nuestra vida, siendo instrumentos de paz, de alegría y de esperanza para todos.

Padre nuestro, atráenos hacia Cristo, Nuestro Señor y Salvador, y haz que cuantos te invocarnos en este Año Jubilar de San Vicente, guiados por su ejemplo y con la ayuda de su intercesión, caminemos juntos hacia Ti en la unidad del Espíritu Santo.

AMÉN.



Nota: Si usted conoce algún dato que No hayamos contemplado en el presente post y considere que seria conveniente agregarlo puede comunicarse con nosotros (Clic Aquí), y en caso de ser aprobado sera publicado en esta misma sección.


sábado, 17 de noviembre de 2018

Santa Escolástica, Virgen - Patrona de las monjas, niños que sufren convulsiones y de ciudades como Le Mans en Francia o Alcolea de Calatrava en España.

Imagen: Santa Escolástica, Virgen 
- Patrona de las monjas, 
niños que sufren convulsiones y
 de ciudades como:
 Le Mans en Francia o 
Alcolea de Calatrava en España.

Datos:

  • Fecha de Celebración: 10 de Febrero.
  • Fecha de Nacimiento:  480-543 aprox. finales del siglo V.
  • Identificador: hermana gemela de San Benito de Nursia.
  • Lugar/Nacionalidad/País: Nursia, Italia.
  • Fecha de Fallecimiento: <<Dato no localizado al momento de la investigación>>.
  • Patrono(a) de Causas: Es patrona de las monjas, niños que sufren convulsiones y de ciudades como Le Mans en Francia o Alcolea de Calatrava en España. También se le invoca ante las tormentas y las lluvias.


Biografía de Santa Escolástica:

VideoClip: Resumen de la biografía y oración de Santa Escolástica.


Hermana de San Benito, se consagró a Dios desde su más tierna edad. Mientras su hermano residió en Monte Casino, ella se hallaba en Plombariola, fundando y gobernando un monasterio.

Tenía la costumbre de visitar a San Benito una vez al año y como no estaba permitido que entrar al monasterio, él salía a su encuentro para llevarla a una casa de confianza, donde los hermanos pasaban la velada orando, cantando himnos de alabanza a Dios y discutiendo asuntos espirituales. Sobre la última visita, San Gregorio hace una notable descripción, en la cual, la santa presintiendo que no volvería ver más a su hermano, le rogó que no partiera esa noche sino al día siguiente, pero San Benito se sintió incapaz de romper las reglas de su monasterio.

Entonces, Santa Escolástica apeló a Dios con una ferviente oración para que interviniera en su ayuda, y acto seguido, estalló una fuerte tormenta que impidió que su hermano regresara al monasterio. Los dos santos pasaron la noche hablando de las cosas santas y de asuntos espirituales. Tres días después, la santa murió, y su hermano que se encontraba absorto en la oración tuvo la visión del alma de su hermana ascendiendo al cielo en forma de paloma.

Santa Escolástica fue una religiosa italiana, hermana de San Benito de Nursia, que también se consagró a Dios desde temprana edad.

Los benedictinos aseguran que mientras su hermano residía en Monte Casino (Italia), ella se estableció en Plombariola, fundando y gobernando un convento de la misma regla.

Sin embargo, otras fuentes dicen que también es probable que haya vivido en una ermita con una o dos mujeres religiosas en la base de Monte Casino, donde hay una antigua iglesia que lleva su nombre.

Santa Escolástica nació hacia el 480 en el municipio italiano de Nursia en el seno de una familia noble. Parece ser que sus padres se llamaron Eutropio y Abundancia y pertenecían a las familias más distinguidas de aquellas montañas.

La historia más común sobre la santa es que solía orar y compartir sobre la vida espiritual con su hermano una vez al año cuando iba a visitarlo. Pero, como no estaba permitido entrar al monasterio, él salía a su encuentro.

Sobre la última visita, San Gregorio hace una notable descripción, en la cual la santa, presintiendo que no volvería ver más a su hermano, le rogó que no partiera esa noche sino al día siguiente, pero San Benito se sintió incapaz de romper las reglas de su monasterio.

Entonces, Santa Escolástica apeló a Dios con una ferviente oración para que interviniera en su ayuda, e inmediatamente, estalló una fuerte tormenta que impidió que su hermano regresara al monasterio.

Los dos santos pasaron la noche hablando de cosas santas y asuntos espirituales. Tres días después, la santa murió, y su hermano que se encontraba absorto en la oración tuvo la visión del alma de su hermana ascendiendo al cielo en forma de paloma.

Santa Escolástica es la fundadora de la rama del monaquismo benedictino para mujeres.


Oración de Santa Escolástica:


Oh Dios, que nos mostraste hacia donde la inocencia conduce, Tú hiciste que el alma de la virgen Santa Escolástica se elevara al cielo como una paloma en vuelo. Obtenedme a través de ella por sus méritos y sus oraciones que podamos así vivir en la inocencia para lograr las alegrías eternas. Te lo pedimos a través de Nuestro Señor.

 Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria



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San Gabriel de la Dolorosa - Copatron de la Juventud Catolica Italiana

Imagen: San Gabriel 
de la Dolorosa 
- Copatron de la Juventud 
Católica Italiana.

Datos:

  • Fecha de Celebración: 27 de Febrero.
  • Fecha de Nacimiento:  1 de marzo de 1838.
  • Significado de su nombre: <<Dato no localizado en el momento de la investigacion>>.
  • Conocido también como: Francisco Possenti.
  • Identificador: <<Dato Pendiente>>.
  • Lugar/Nacionalidad/País: Asís, Italia.
  • Fecha de Fallecimiento: 27 de febrero de 1862 (23 años), Isola del Gran Sasso.
  • Fecha de Canonización: 13 de mayo 1920, por Benedicto XV.
  • Fecha de Beatificación: 1908, por San Pío X.
  • Patrono(a) de Causas: Copatron de la Juventud Católica Italiana , de Estudiantes, Jóvenes, Clérigos, Seminaristas, Abruzzi.



Biografia de San Gabriel de la Dolorosa:



VideoClip: Atrévete a descubrir la vida de San Gabriel de la Dolorosa - Biografía y Oración.

El bailarín que llegó a la santidad. Gabriel de la Virgen de los Dolores (Asís, 1 de marzo de 1838-Isola del Gran Sasso d'Italia, 27 de febrero de 1862), también conocido como Gabriel de la Dolorosa,​ de nombre secular Francesco Possenti, fue un religioso pasionista canonizado en 1920. La Iglesia católica lo venera como patrono de la juventud, junto con san Luis Gonzaga.

Nació en Asís (Italia) en 1838. Su nombre en el mundo era Francisco Possenti. Era el décimo entre 13 hermanos. Su padre trabajaba como juez de la ciudad.

Francisco Possenti fue el undécimo de los trece hijos de una familia de clase media alta; en 1841, su madre murió, cuando el futuro santo tenía cuatro años de edad, y fue criado por su padre y hermanos. Su padre era un personaje muy importante en aquel entonces: comerciante y embajador de los Estados Pontificios.

Francisco se trasladó con su familia a la ciudad de Spoleto e inició sus estudios en el Internado de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (lasallanos) y en el liceo jesuita de dicha ciudad. Muchacho guapo, alegre y cariñoso, y algo mimado por ser el más joven de la numerosa familia Possenti, recibió el llamado divino varias veces (dos de ellas durante graves enfermedades, otra tras la muerte de una de sus hermanas mayores), pero o lo rechazaba o lo postergaba por diversas razones; pero mientras asistía a una procesión mariana, tuvo una visión donde la imagen de la Virgen se movía y le decía: "Francisco, el mundo ya no es para ti, te espera la vida religiosa", y decidió entrar a la vida religiosa definitivamente, pese a las objeciones de su familia que casi consideró esto como un capricho adolescente.

En 1856 convence a su gente de la sinceridad de sus intenciones, y luego de un año de prueba por parte de su familia, recibe la aprobación formal de su padre e ingresa como religioso pasionista en el noviciado de Morrovalle, Macerata, tomando el nombre de Hermano Gabriel de la Virgen Dolorosa. En su breve pero fructífero tiempo como religioso, Gabriel se caracterizó por su piedad, su infatigable vida de oración y penitencia, y sobre todo, por su amor a Cristo y la Eucaristía.

Gabriel murió en el Monasterio Pasionista de Isola del Gran Sasso víctima de tuberculosis, en 1862. Sus reliquias hoy se veneran en un moderno santuario contiguo al antiguo monasterio en el mismo pueblo donde falleció muy cerca de Teramo, S.S Pío XII lo bautizó como "El Santo de la Sonrisa". Fue canonizado por S.S. Benedicto XV en 1920.

Oración a San Gabriel de la Dolorosa:

¡Oh bienaventurado Gabriel de la Dolorosa, que, por vuestra afectuosísima devoción a la ínclita Virgen afligida al pie de la cruz, llegasteis a ser espejo de inocencia, modelo de santidad y taumaturgo del presente siglo por los estupendos milagros obrados en derredor de vuestro sepulcro! Dignaos mirarme benévolo desde el cielo y recabadme de la munificencia divina las fuerzas que he menester para precaver los peligros del alma, despreciar los halagos del mundo, neutralizar las asechanzas del demonio, triunfar de mis pasiones, llorar contrito mis culpas, secundar con generosidad de corazón las divinas inspiraciones y labrar mi santificación mediante un afecto sincero a la Pasión de Jesús y a los Dolores de mi Madre María, a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos aquí en la tierra, pueda igualmente haceros compañía en el cielo por toda la eternidad. Así sea.



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San Raimundo de Peñafort - Patrono de los Juristas Catolicos

Imagen: San Raimundo de Peñafort 
- Patrono de los Juristas Católicos.

Datos:

  • Fecha de Celebración: 7 de enero (Novus Ordo)/ 23 de enero (Vetus Ordo)
  • Fecha de Nacimiento:  1175/1180.
  • Significado de su nombre: <<Dato no localizado en el momento de la investigacion>>.
  • Conocido también como: Ramón (o Raimon) de Peñafort.
  • Identificador: Orden de Predicadores.
  • Lugar/Nacionalidad/País: Peñafort, Santa Margarita y Monjós.
  • Fecha de Fallecimiento: 1275.Barcelona. 
  • Fecha de Canonización: 29 de abril de 1601 por Clemente VIII.
  • Fecha de Beatificación: En 1542, por Pablo III.
  • Patrono(a) de Causas: Patrono de los Juristas Católicos.


Biografía de San Raimundo de Peñafort:
VideoClip: Resumen de la biografía de San Raimundo de Peñafort.

Raimundo de Peñafort O.P. (Peñafort, actualmente Santa Margarita y Monjós, comarca del Alto Penedés, 1175 o 1180 - Barcelona, 6 de enero de 1275) es el santo patrón de los juristas, del Derecho canónico, de los abogados y de los Colegios de Abogados. Clérigo barcelonés y miembro de la orden religiosa de los dominicos, sus acciones más destacadas son la compilación de las Decretales de Gregorio IX (Corpus Iuris Canonici) y la introducción de la Inquisición en el Reino de Aragón.

En 1222, a los 40 años de edad, ingresó en la Orden de Predicadores (Dominicos), apenas 8 meses después de la muerte del fundador, Santo Domingo de Guzmán.

Raimundo consideraba que el orgullo era un peligro para su alma. Convencido de la importancia de hacer penitencia por la complacencia con que había enseñado, pidió que le impusieran severas penitencias y oficios humillantes. Pero sus superiores le encargaron investigar cómo responder a preguntas difíciles de moral que los fieles presentan. El llamó a estas "casos de conciencia". El resultado de su trabajo fue su famoso libro, "Summa de casibus paenitentialibus", la primera obra de su género. Esta ha sido de gran provecho para confesores y moralistas.

Tenía gran celo por la evangelización, trabajando incesantemente en la predicación, la instrucción y la confesión. Insigne predicador dotado con la "eficacia de la palabra", recorrió las provincias españolas de Aragón, Castilla y Cataluña. Sus acompañantes comentaban que parecía casi imposible que un predicador lograra tantas conversiones con sus sermones.

Según una tradición discutida, San Raimundo colaboró con San Pedro Nolasco en la fundación de la orden de los Mercedarios los Padres Mercedarios, dedicada principalmente a rescatar a los secuestrados por los mahometanos.

Hijo del señor del castillo de Peñafort (en el condado de Barcelona) y de su esposa Sara, los primeros datos que figuran de él son de 1204, año en el que empezó a ejercer de clérigo y escriba de la Catedral de Barcelona. Con la finalidad de ampliar sus conocimientos, viajó hasta la Universidad de Bolonia, donde se licenció en cánones y trabajó como profesor entre 1217 y 1222. Recién llegado a Barcelona, fue nombrado canónigo en Barcelona y pavorde (1223), si bien renunció a tales distinciones e ingresó en la Orden Dominicana, congregación que había conocido en Bolonia. De 1223 a 1228, año en el que acompañó al legado papal Jean d'Abbeville en su recorrido por los reinos hispánicos para implantar la reforma y decisiones del Concilio de Letrán IV, no hay referencias documentales sobre su vida, por lo que se cree que se dedicó al estudio y en la redacción de tratados, como la Summa de casibus poenitentiae o las glosas al Decreto de Graciano. Con Jean d'Abbeville viajó hasta Roma, en donde alcanzó el rango de capellán y penitenciario (1232) del papa Gregorio IX.,1​ quien le encargó la elaboración de las Decretales.

La historiografía mercedaria lo presenta como uno de los cofundadores de la Orden en especial por su rol de legislador, dado que, se dice, entregó a los mercedarios la Regla de san Agustín y las Constituciones de la Orden de Predicadores como base para la nueva institución. Gregorio IX le ofreció el arzobispado de Tarragona, pero cansado y enfermo, lo rechazó junto a los otros honores papales, retirándose al Convento de Santa Catalina, en Barcelona (1236).

Poco tiempo después reinició su actividad, donde destacan, entre otras: su colaboración en las Cortes de Monzón de 1236; la intercesión en favor de Jaime I en la causa de excomunión, consiguiendo que se levantara (1237); favoreciendo la dimisión del obispo de Tortosa y en los nombramientos de los obispos de Huesca y Mallorca (reconquistada recientemente); y, finalmente, en la realización de actividades puramente jurídicas, tales como ejercer de juez o de asesor, principalmente en procesos de herejía y nulidades matrimoniales. En 1238, el capítulo general de su orden le confió la revisión del texto de sus Constituciones y en 1239 fue elegido como el tercer general de la orden de los dominicos, en capítulo general de la orden en París. En ejercicio de su cargo, se encargó de visitar los principales conventos así como la obtención de bulas papales para el desarrollo de la Orden y la integración de la rama femenina dentro de los dominicos.


Uno de los incidentes más famosos en la vida de San Raimundo ocurrió durante un viaje en el que acompañaba al rey Jaime a Mayorca. El soberano que era mujeriego, había prometido enmendarse, pero no había cumplido su promesa. En vista de ello, Raimundo le pidió licencia para partir a Barcelona; el rey no solo le negó, sino que amenazó de muerte a quien se atreviera a sacar al santo de la isla.  Confiando en Dios, Raimundo dijo a su compañero: "Los reyes de la tierra pueden impedirnos la huida, pero el Rey del cielo nos dará los medios para ello". Acto seguido se dirigió al mar, extendió su túnica sobre las olas, ató un extremo de ella a un palo para que sirviera de vela y, haciendo la señal de la cruz, montó sin temor en aquella improvisada "barca". Su compañero quedó temblando en la playa. La milagrosa barca hizo en seis horas el trayecto hasta Barcelona, a sesenta leguas de distancia. Las gentes que vieron llegar al santo le recibieron con aclamaciones. Sin inmutarse por ello, Raimundo recogió su túnica, que estaba perfectamente seca, se la echó sobe los hombros y se dirigió a su monasterio. Una capilla y una torre fueron construidas en el sitio en que desembarcó.


En 1240 dimitió tras un breve, pero intenso período de gobierno, regresando al Convento de Santa Catalina de Barcelona, donde vivió treinta y cinco años durante los que actuó como inquisidor del Reino y asesor jurídico y en los que se encargó del oficio de confesor y consejero del rey Jaime I. Su intervención en todos los asuntos religiosos relevantes de la Corona queda patente en el hecho que cuatro diócesis (Barcelona, Vich, Lérida y Gerona) fueron dirigidas por dominicos. Falleció el día 6 de enero de 1275 en la ciudad de Barcelona, a los 95 o 100 años.

Oracion a San Raimundo de Peñafort: 

Amorosísimo Padre mío San Raimundo,
vos sabéis la necesidad que padece mi alma
y el consuelo que necesito,
aplicad vuestra intercesión delante de Dios,
para que por vuestros méritos,
alcance la gracia que pretendo,
si ha de ser para mayor gloria de Dios
para más servirle y amarle.

Amén.



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